domingo, 27 de enero de 2013

En el colegio de Simran, entran cabras y borrachos porque las puertas están rotas: los niños actúan

Hoy domingo se celebra la Infancia Misionera en España, y la misa de La 2 en Televisión Española, retransmitida a las 10.30  desde el Colegio Santísimo Sacramento de Madrid (Arturo Soria, 208) tendrá como protagonistas a los niños: los del Primer Mundo y los de las misiones.
 
“El protagonismo misionero de los niños fue, efectivamente, un punto sin vuelta atrás de la historia de la Iglesia”, escribe Anastasio Gil García, director en España de Obras Misionales Pontificias. Fundada por monseñor Forbin-Janson hace 170 años "llevó a los niños a ser protagonistas de la misión y no meros beneficiarios, constituyó una novedad en la historia de la Iglesia". 
 
Ninguna institución en esa época acudía a los niños para ayudar a otros niños. La aportación que pedía Forbin-Janson a los niños era rezar un avemaría y dar una “perra chica” al mes. “Por primera vez los pequeños actuaban en la Iglesia como protagonistas de pastoral, y se demostraron protagonistas humildes, sencillos, pero también creativos y valientes”, afirma el director de OMP. 
 
De los inicios de Infancia Misionera en Burdeos hace 170 años se recuerda una anécdota. 
 
Un niño de 8 años, al escuchar del párroco hablar de la necesidad de orar y de dar una oferta para salvar a los niños chinos le dijo a su mamá:
-  Tenemos que ayudar a los niños de la China.
-  Sí, respondió la mujer, pero nosotros somos muy pobres y no tenemos dinero.
-  Sí, dijo el pequeño, nuestro dinero está ahí.
Y apuntó el dedo a los ahorros de la familia.
La mamá añadió:
-  Hijo mío, es el dinero del pan. ¡Nosotros nos quedamos sin pan!
-  ¿Cómo, respondió el pequeño, puede llegar a faltar el pan cuando se da por el amor de Dios?
 
Han pasado los años y la Infancia Misionera hoy cuenta historias de niños actuales.
 
Por ejemplo, de Alejandra Rubio, una niña madrileña de 9 años y Simran Samaden, que tiene un año más y vive en Harasamara, India. 
 
Aunque no se conocen, están unidas por un lazo de amistad forjado a través de la Infancia Misionera. El año pasado, desde España se enviaron casi 2,4 millones de euros a proyectos dedicados los niños. Alejandra, del colegio Cristo Rey de Madrid explica: “En clase coloreamos la hucha y metemos dinero para los pobres”. La hucha es una cajita de cartón con forma de casa fabricada por cada niño. “Me da pena que otros niños no tengan nada”, afirma su hermano Óscar, de 6 años. 
 
Su aportación va más allá de lo material: no sólo dan euros, sino sobre todo oraciones. “Cuando rezo, pido por mi familia, mis amigos y por los niños que no tienen tantas cosas como yo”, afirma la niña.
  
“Los colegios hacen un ingreso en nuestra cuenta, aunque a veces vamos con el coche a recoger las aportaciones, o nos la traen en metálico a la oficina”, afirma Josefa Ledo López, secretaria de la Delegación de Misiones de Ourense desde hace 36 años. Una vez que han recaudado todo, desde las Diócesis hacen un ingreso a la Dirección Nacional de Obras Misionales Pontificias. “Para nosotros, la tarea principal es la animación misionera, más allá de lo económico”, concluye tras contar todo lo organizado por ellos en esta semana de la Infancia Misionera, con iniciativas tales como cuentacuentos.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=27305

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