sábado, 30 de abril de 2016

Cuando se comete un acto de injusticia



Pero Bermúdez, una cosa es dar la mejilla a un hermano y otra muy distinta es consentir a la podredumbre del vulgo debil y banal. Dios prohíbe la injusticia. Está en la Biblia, Deuteronomio 16:19, "No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos". Dios está cansado de nuestra injusticia. Está en la Biblia, Habacuc 1:3, "¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan". Sobrepóngase a la injusticia maligna haciendo el bien. Está en la Biblia, Romanos 2:21, "Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?"

La Exhortación Apostólica






No lo se Bermúdez, me gusta tus reflexiones, pero no trago los indultos de Francisco I, la Biblia dice otra cosa. El estar casado con una persona no creyente no es una razón aceptable para divorciarse. Está en la Biblia, 1 Corintios 7:12-14, "Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos".

"No he venido a ser servido, sino a servir" Ingeniero ordenado presbitero

Manuel Valentini y José Antonio Cordero son los dos chilenos que recibirán su ordenación sacerdotal este 23 de abril en Roma, junto a otros 25 diáconos de la Prelatura provenientes de trece países.


José Antonio Cordero junto al prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría

José Antonio Cordero es ingeniero comercial, tercero de siete hermanos y fanático del running, ciclismo y natación. El filósofo Manuel Valentini tiene parte de su corazón puesto en Argentina, donde nació y aprendió a ser hincha de Independiente de Avellaneda. Proveniente de una familia de catorce hermanos, se vino a Chile cuando todavía era adolescente.
“COMO INGENIERO COMERCIAL, QUERÍA SERVIR A DIOS Y A LOS DEMÁS A TRAVÉS DEL TRABAJO, FUERA EL QUE FUERA. AHORA EL ‘NORTE’ SIGUE SIENDO EL MISMO: SERVIR A DIOS Y A LOS DEMÁS A TRAVÉS DEL MINISTERIO SACERDOTAL”
Ellos son dos de los 27 diáconos del Opus Dei que recibirán la ordenación sacerdotal este sábado 22, de manos del Prelado, Mons. Javier Echevarría.
Ambos tienen claro que la vida ya no será igual, pasando a ser la atención de los fieles y la administración de los sacramentos sus principales obligaciones. Sin embargo, la condición sacerdotal no necesariamente significa que deban dejar de lado sus pasatiempos y demás experiencias de vida. José Antonio señala que “como ingeniero comercial, quería servir a Dios y a los demás a través del trabajo, fuera el que fuera. Ahora el ‘norte’ sigue siendo el mismo: servir a Dios y a los demás a través del ministerio sacerdotal”.
A Manuel, por su parte, sus estudios de filosofía en la Universidad de los Andes y posteriores estudios en Bachillerato de Teología, le han servido para su tesis doctoral en Teología, en la que está actualmente trabajando y, al mismo tiempo, para el servicio de la Iglesia.
Manuel ValentiniManuel Valentini


Esta etapa previa a la ordenación ha sido de gran provecho para los dos, según dicen, siendo el Papa Francisco un referente esencial en la vida de ellos. “Veo en él a un hombre que sabe querer. Es una persona que procura tener un corazón a la medida del corazón de Cristo. Su cariño y preocupación son reales, traduciéndose en obras muy concretas. No es para nada un hombre teórico, desde sus circunstancias vive un amor con obras”, explica José Antonio.
José Antonio CorderoJosé Antonio Cordero

Al ser este el Año de la Misericordia, la confesión es un tema central en la vida de los futuros sacerdotes, destacando la disponibilidad para ser siempre muy acogedores y comprensivos. “Lo esencial ahora es celebrar la Santa Misa y que las almas puedan recibir a Cristo; perdonar los pecados en el sacramento de la confesión y predicar la palabra de Dios. Además, estar cerca de todos para escuchar, acompañar, alentar y consolar, en las diversas circunstancias de la vida”, afirma José Antonio.
La importancia de la familia
Las dos familias han jugado un papel crucial en la vocación de cada uno de estos futuros sacerdotes. “Ver a mis padres vivir la fe, con total naturalidad y sencillez, pero a la vez de forma muy profunda fue fundamental”, señala José Antonio, recordando detalles que en su momento no le llamaron la atención, pero que ahora, ad portas del sacerdocio, se da cuenta que calaron hondo. “Verlos rezar el rosario después de un día de trabajo intenso, confesarse, o el recogimiento durante la Misa: estaba clarísimo que no era el momento para preguntarles nada”, recuerda.
DESTACAN AL OPUS DEI COMO UNA VERDADERA FAMILIA DONDE EL PADRE LOS CONOCE PERFECTAMENTE Y LOS QUIERE TAL COMO SON.
Asimismo, destacan al Opus Dei como una verdadera familia donde el Padre los conoce perfectamente y los quiere tal como son. “Cuando te mira, ya ves que te acepta tal como eres. Y éste es el ambiente que crea a su alrededor. Y en este ambiente puede madurar una decisión libre de entrega. Sólo con su ejemplo mueve a luchar con más esfuerzo por ser santo”, finaliza José Antonio.