Este misterio de la vida se puede resumir con una palabra, “atmósfera”. La luz que emiten las estrellas debe atravesar varios kilómetros de nuestra atmósfera antes de que nos llegue su luz (es evidente). La clave está en que la atmósfera no es una mezcla de gases homogénea, sino que está formada por capas entre las que se forman continuas corrientes y remolinos. Si además le añadimos que estas capas están en movimiento podemos afirmar que la luz se desvía en su curso hasta nuestros ojos, como una especie de interferencia, y por ello nos da la sensación de parpadeo.
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; Juan 5:39. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman 1 Corintios 2:9
viernes, 18 de mayo de 2012
Señalan que extraña luz fue un efecto óptico
El director del Instituto Geofísico de la UNSA, José Díaz Rodríguez, descartó que el elemento luminoso que cayó en la ciudad blanca fuera un meteorito, pues habría causado un fuerte sismo. Por el contrario sostuvo que se trató de un efecto óptico de alguna nave aérea.
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