La orden religiosa de los Legionarios de Cristo —que todavía no se recupera por la revelación del año 2009 de que su fundador fue un pederasta y padre de tres hijos— se vio estremecida ayer martes de esta semana por otro escándalo: su clérigo más conocido, un prominente actor, disertante y personalidad de la televisión, admitió que es padre de un niño.
Se trata del sacerdote Thomas Williams, comentarista en la televisión estadounidense, así como escritor y teólogo en cuestiones morales en la universidad de la Legión en Roma. Williams, informó que lamentaba profundamente haber cometido “esta grave transgresión” del voto de celibato y dijo que se tomará un año fuera de la orden para reflexionar sobre lo que ha hecho.
La noticia, generó de inmediato preguntas sobre el momento en que los superiores de Williams se enteraron de la existencia del pequeño, dado que su nacimiento ocurrió hace varios años. Acaso no estamos ante otra acción encubridora de las altas autoridades clericales, preguntan sus críticos. Un portavoz de la Legión, dijo que la orden decidió no revelar esa información.
La falta de Williams, fue admitida después que The Associated Press confrontó la semana pasada a la Legión con la denuncia formulada por una asociación española de víctimas de la Legión que acusó al religioso de haber tenido un hijo. La carta, enviada a la Legión y al Vaticano hace varias semanas, también nombra a otros sacerdotes de la orden acusados de abuso sexual de menores.
Thomas Williams, quien no fue acusado de abuso, dijo que “hace unos cuantos años” mantuvo una relación con una mujer, de la cual tuvieron un hijo. No identificó a la mujer, ni aclaró si la relación continuó.Tampoco identificó el género del pequeño ni dijo si ayudaba a su sostenimiento, pero su confesión admite la ruptura del celibato.
Como se recordara la Legión, ha estado plagada por escándalos durante años desde que se reveló que su fundador mexicano, el padre Marcial Maciel, tuvo tres hijos y abusó sexualmente de varios seminaristas.
Maciel falleció en el 2008 y, un año después, la Legión reconoció sus delitos.
El escándalo de Maciel, ha sido especialmente delicado ya que el entonces máximo líder del catolicismo Juan Pablo II, lo apoyó como un modelo para los fieles y era admirado por su ortodoxia y su capacidad de atraer dinero y nuevos seminaristas.
La fachada, sin embargo, comenzó a caer en 1997 con revelaciones de sus abusos, aunque solo hasta el 2006 el Vaticano, sancionó a Maciel con una vida de rezo y penitencia por acciones consideradas por la opinión pública como crímenes.
Williams, el cura más prominente en la orden de 800 integrantes, admitió que Maciel, llevaba una doble vida moral, al declarar a un programa de la televisión católica en el año 2009 que las revelaciones representaron un “golpe muy duro para todos”.
En los casos de los otros siete sacerdotes remitidos al Vaticano, la mayoría de las acusaciones se remontan a décadas y algunas eran bien conocidas entre los observadores de los Legionarios, lo que despertó preguntas acerca de si la dirección de la orden conocía los abusos.
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