Δ2u/ Δt2: cambio en la altura
de la onda, dividido entre un cambio en el tiempo.
C: constante de la velocidad de la onda
Δ2u/ Δx2: cambio en la altura
de la onda, dividido en un cambio en el espacio.
Esta ecuación matemática modela el sonido de los
instrumentos musicales y permite reproducirlos de manera armoniosa en
conciertos. Por otro lado, los sismólogos la ocupan para revisar como se mueve
la tierra durante un terremoto, y que efectos provoca –con el fin de diseñar
edificios más seguros-, pues los sismos de magnitudes altas son capaces de
modificar el paisaje tan solo en unos segundos. También se emplean en
producciones petroleras para encontrar formaciones geológicas sin tener que
cavar hasta dar con ellas.
La ecuación describe el movimiento de cualquier tipo
de ondas: las generadas por las ondas del mar en el agua, las del sonido en el
aire, de la luz en el vacío o de la elasticidad en ciertos materiales. Incluso
en fenómenos donde se combinan ondas producidas por dos o más objetos, por
ejemplo varias campañas de una Iglesia. Fueron dos científicos quienes dieron
con la formula al notar que, aun cuando no siempre podemos verlo, casi
cualquier energía se mueve a través de vibraciones originadas por ondas.
La historia comenzó con las observaciones de los matemáticos
pitagóricos, quienes trataron de entender por qué algunos objetos, como el
martillo, producían sonido cuando se golpeaba con ellos. El científico suizo
Johann Bernoulli resolvió la interrogante en 1727 al realizar experimentos con
un violín. Entre otros fenómenos, descubrió también que las ondas se mueven en
curvas y propuso una fórmula para medirlas. Finalmente, su colega francés, Jean
Le Rond D’Alembert
concentro todas las características necesarias –velocidad, fuerza, espacio y
tiempo- en una nueva ecuación.
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