A2+B2= suma de los dos lados
más cortos de un triangulo rectángulo, elevados al cuadrado C2:
cuadrado de la hipotenusa (lado más largo) del triangulo rectángulo.
Para medir la altura de un edificio, la extensión de
un país o el tamaño de la tierra no es necesario usar una cuerda extensa o una
regla gigantesca, basta realizar cálculos con el teorema de Pitágoras. Esta
proposición matemática comenzó a usarse en la elaboración de mapas a partir del
siglo XVI en Europa, con base en un método llamado “triangulación”, que
consistía en cubrir un área con una red de triángulos, de los cuales los
cartógrafos median con exactitud solo uno de sus lados –al marcar una línea
entre dos puntos de una ciudad o país- y estimaba el ángulo de sus tres
esquinas. Actualmente el teorema en general es útil para interpretar planos,
deducir el epicentro de un terremoto o ubicar objetos en el sistema de
posicionamiento global (GPS), medir la trayectoria de naves y la distancia de
una infinidad de figuras que pueden dividirse en triángulos rectángulos.
Aunque el verdadero origen de la ecuación se
desconoce, hay evidencia de que la mayoría de las civilizaciones antiguas la
dominaba como una técnica geométrica para medir sus terrenos. Después de que
Pitágoras rescatara la formula y Euclides de Alejandría la comprobara en 250
a.C., fue representada como una ecuación algebraica años mas tarde y
posteriormente dio a luz a la trigonometría, disciplina matemática basada en la
medición con triángulos. El teorema describe la relación que hay entre los
lados de un triangulo rectángulo, lo que permite calcular uno de ellos con tan
sólo conocer la distancia de los otros dos.
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