Ven y sígueme (Mc 10,21) fue implícitamente el tema de la celebración de la entrada oficial de los novicios de primer año de Save, Ruanda, que se llevó a cabo el pasado 11 de diciembre. La ceremonia, en la cual los novicios vistieron la sotana por primera vez, marcó oficialmente el inicio de la formación del noviciado de los jóvenes aspirantes a ser Hermanos Maristas. A partir de ese día, a estos jóvenes se les reconoce como novicios en el Instituto, ya que comparten el patrimonio espiritual de los Hermanos Maristas.
El día empezó, como siempre, con la oración comunitaria y la misa, seguida de un momento de silencio destinado a la reflexión personal y la oración. En la tarde, alrededor de las 17:30, empezó la ceremonia. En ella cantamos y compartimos la palabra de Dios y una breve enseñanza dirigida a los novicios y a los participantes. El momento crucial de la ceremonia fue cuando los nueve jóvenes estuvieron listos para vestir el hábito religioso, demostrando, mediante este sencillo acto, su fe, su valor y entereza para seguir los pasos de Jesucristo a pesar de las posibles dificultades y de lo que nos pide el Evangelio. El Instituto, por su parte, debe proporcionarles una sólida formación religiosa en los próximos dos años.
Antes de que terminara la ceremonia, el maestro de novicios, el hermano Theoneste Kalisa de la Provincia de África Centro Este, conocida como PACE, y el hermano Superior de la Provincia, se dirigieron a los novicios y a los participantes. Ambos hicieron hincapié en la importancia de la formación durante el noviciado, que es esencial para los novicios, para poder experimentar el amor de Dios y seguir las orientaciones evangélicas del Instituto fundado por Marcelino Champagnat. Ellos también recordaron a la asamblea el rol que desempeñan los formadores, encargados de transmitir los valores religiosos y maristas a los novicios.
La celebración de ayer fue un evento marista excepcional, sencillo pero muy significativo a la vez. No solo reafirmó en nosotros la importancia del compromiso que adquirimos para toda la vida, sino que también nos brindó la oportunidad de encontrar a laicos y Hermanos Maristas provenientes de diferentes partes de África y del mundo. De manera providencial, desde hace dos días, se ha venido desarrollando un taller sobre la educación marista, organizado por el hermano Juan, brasileño. Participan en él varios hermanos que trabajan en escuelas y sus colaboradores laicos. Al haber sido informados de la celebración del noviciado (en el mismo lugar donde se dicta el taller), se unieron a la comunidad del noviciado para festejar este evento. Como si fuera poco, también se unieron a la celebración un buen número de Hermanas Maristas (SMSM) que trabajan en Ruanda. Acaban de celebrar el ochenta aniversario de su aprobación por la Santa Sede, como un Instituto independiente de derecho pontificio.
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