sábado, 2 de marzo de 2013

Ni a candidatos llegan

Los tres cardenales mexicanos que asistirán al cónclave de Roma no reúnen méritos ni requisitos suficientes para aspirar siquiera a la condición de papables. Sobre Norberto Rivera, arzobispo primado de México, pesa el desprestigio por los señalamientos de que encubrió actos de pederastia; a Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, se le tiene como un personaje “gris” y de “perfil burocrático”, en tanto que su predecesor Juan Sandoval Íñiguez, queda automáticamente descartado por su avanzada edad.

EL “SHOW” EN TORNO A RIVERA
Sobre estas posibilidades del cardenal Rivera Carrera, dice Bernardo Barranco:
“Recuerdo muy bien que en vísperas del pasado cónclave, que se realizó en 2005, al cardenal Rivera se le preguntaba sobre la probabilidad que tenía de ser Papa. Y él contestaba bromeando: ‘Por lo menos tengo más posibilidades que mi hermana’. Pues bien, ahora está tan devaluada su figura cardenalicia que podría decirse que hasta su hermana ya tiene más posibilidades que él. Rivera Carrera se vino a pique. Perdió toda credibilidad y presencia pública.”
–¿A qué lo atribuye?
–Sobre todo a que se dedicó a defender a Marcial Maciel. Llegó a tal extremo que incluso insultó a periodistas y reprimió a sus mismos sacerdotes que pedían justicia para las víctimas de Maciel, como fue el caso del padre Alberto Athié.
“Por otra parte, Rivera Carrera fue requerido por la justicia estadunidense por encubrir supuestamente a su sacerdote Nicolás Aguilar, quien cometió muchos abusos sexuales en México y Estados Unidos. Por ese hecho, al cardenal se le sometió a un fuerte interrogatorio de casi 12 horas. La justicia de aquel país todavía no lo exonera, según me dicen los abogados.
“Y por si fuera poco, Rivera Carrera ni siquiera puede cumplir con su responsabilidad pastoral en la arquidiócesis de México. Su incapacidad es enorme. Un dato es revelador; según el censo de 2010, el número de católicos en todo el país descendió 4%. Pero en la arquidiócesis de México el descenso fue del doble, o sea, de 8%. Es el nivel de caída que tienen los estados del sureste del país o la región de Centroamérica.”
Eso sí, Rivera Carrera resultó ser un buen empresario, pues ha realizado negocios multimillonarios con el culto guadalupano. Por ejemplo, creó la Lotería Guadalupana, un redituable juego de azar que puso en marcha con el apoyo de la Secretaría de Gobernación. Y en marzo de 2002 vendió, en más de 12 millones de dólares, el copyright de la imagen guadalupana a la trasnacional estadunidense Viotran, para que ésta explotara comercialmente esa imagen en exclusiva (Proceso 1371).
Y en mancuerna con Carlos Slim, el magnate más rico del mundo, levantó la Plaza Mariana, el moderno mall religioso-comercial construido en pleno atrio de la Basílica de Guadalupe, con la finalidad de tener como consumidores cautivos a los 20 millones de peregrinos y turistas que anualmente visitan el Tepeyac.
Al arzobispo Rivera le gusta fotografiarse –para las páginas de sociales– con el jet set del mundo empresarial mexicano. Por cierto, en una de esas fotos aparece al lado de Juan José Rojas Cardona, el poderoso Zar de los Casinos, quien tiene denuncias por fraude y narcotráfico. En febrero de 2008 el cardenal le inauguró a Rojas –con agua bendita de por medio— su lujoso restaurante 40 West, en San Pedro Garza García, Nuevo León (Proceso 1818 y 1820).
Actualmente, en vísperas del próximo cónclave, el vocero del arzobispado de México, Hugo Valdemar, ha declarado a los medios que el cardenal Rivera tiene posibilidades de ser Papa, aunque él no quiere serlo porque prefiere atender a su feligresía local, como todo buen pastor. “El cardenal más bien nos ha manifestado su desinterés. Él tiene mucho qué hacer aquí en la Ciudad de México”, dice Valdemar.
En la más reciente edición de la revista del espectáculo TV y Novelas, de Televisa (del 18 de febrero), aparece en portada una foto de Benedicto XVI y otra del cardenal, con el título: “¡Revelación! Norberto Rivera podría ser Papa”. En páginas interiores hay una entrevista con Valdemar, quien señala que el nombre del cardenal aparece en la lista de los “20 candidatos” punteros al papado. Pese a esto, dice desdeñoso que al cardenal no le da “mucha emoción” ser el sucesor de Ratzinger.
Bernardo Barranco indica que estas declaraciones del vocero responden a una bien calculada maniobra mediática, encaminada a fortalecer la imagen del cardenal bajo la falsa premisa de su condición de papable. Explica:
“El arzobispado de México y Televisa están lanzando una campaña para difundir la idea de que Norberto puede ser Papa. Y, ¡claro!, esto despierta las expectativas de amplios sectores de la población que, por falta de información, serán inducidos a pensar que Norberto realmente tiene posibilidades. Así, con esta falsa papabilidad se intentará fortalecer la alicaída imagen del cardenal. En el fondo hay una manipulación de la realidad.”
El otro cardenal mexicano que irá al cónclave es Francisco Robles Ortega, de 64 años de edad y oriundo de Mascota, Jalisco, donde nació en 1949. Fue obispo de Toluca de 1996 a 2003, y ahí tuvo contacto con el Grupo Atlacomulco, al que pertenece el presidente Enrique Peña Nieto. Después fue arzobispo de Monterrey (2003-2011), y a partir de diciembre de 2011 es arzobispo de Guadalajara. En noviembre del año pasado fue elegido presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
“Robles Ortega es muy conservador, gris y opaco, sin carisma. Su perfil es burocrático, administrativo; siempre está atento a todo lo que signifique robustecimiento de la institución”, dice Barranco.
–¿Qué atributos le verían los obispos mexicanos para haberlo nombrado presidente del episcopado?
–Lo pusieron en ese cargo porque desde que era obispo de Toluca tejió alianzas con el Grupo Atlacomulco que hoy detenta la Presidencia de la República. Se piensa que ese grupo sólo está conformado por políticos y empresarios. Pero no, también incluye la dimensión religiosa.
“Después, cuando ya era arzobispo de Monterrey, Robles Ortega tuvo fricciones con el Secretariado Social Mexicano de la entidad, debido a que empezó a limitar y a coartar el trabajo de esta organización, que pidió la ayuda del arzobispo emérito, Adolfo Suárez Rivera, quien también se enfrentó abiertamente con Robles Ortega. Entre ambos prelados hubo dificultades por su distinta forma de concebir el trabajo pastoral. A Robles le gusta que lo consientan política y económicamente. Su estilo es más elitista.
“También recuerdo que, en un encuentro sobre piedad popular realizado en Roma, Robles Ortega presentó una ponencia en la que aplaudía eufóricamente la presión que el episcopado ejerció sobre la Secretaría de Gobernación para que bloqueara a la Iglesia de la Santa Muerte. El tono de su ponencia era de extrema intolerancia, con una actitud de usar el poder para golpear a la competencia religiosa. Eso me dejó muy preocupado.
“Y me he dado cuenta, al escuchar sus homilías y declaraciones, que su pensamiento es teológicamente muy vago y ecléctico. No tiene claridad ni solidez. De manera que Robles no es tampoco un intelectual pulido. Lo que sí ha conseguido son ascensos eclesiásticos muy rápidamente. Eso demuestra que sabe ganarse la confianza de la curia romana. Pero de ahí a que pueda ser Papa hay un abismo.”

SANDOVAL ÍÑIGUEZ, DESCARTADO
El tercer cardenal mexicano que participará en la reunión es Sandoval Íñiguez, el polémico arzobispo emérito de Guadalajara. El próximo 28 de marzo cumplirá 80 años. El cónclave se celebrará días antes de esa fecha, por lo que Sandoval apenas logró colarse al grupo de los 117 cardenales que, por no rebasar los 80 años, tienen derecho a voto. Sandoval no puede ser Papa por su avanzada edad. Pero sí podrá sufragar al igual que Rivera Carrera y Robles Ortega, y eso ya cuenta.
¿Hacia dónde irá dirigido el voto mexicano? ¿Ya se están negociando esos tres sufragios? Hace algunos días el ex nuncio apostólico Jerónimo Prigione hizo un discretísimo viaje a México que, sin embargo, fue registrado por la prensa. En los círculos eclesiásticos se menciona que el experimentado diplomático vino justamente a tratar el asunto del voto mexicano.
Al respecto, dice Barranco:
“No es ninguna casualidad el viaje de Prigione a México, inmediatamente después de que el Papa anuncia su dimisión al trono pontificio. Prigione fue el representante diplomático de Juan Pablo II en México, y tuvo mucho poder.
Lo respaldaba su paisano, el también piamontés Angelo Sodano, entonces secretario de Estado y quien influyó en la designación de varios obispos mexicanos. El mismo Rivera Carrera le debe a Sodano y Prigione su posición eclesiástica. Ahora Sodano encabeza a un poderoso grupo que intenta conseguir el papado. A nombre suyo, Prigione vino a México a conseguir apoyos y cobrar favores. No me extrañaría, pues, que el voto mexicano sea para el grupo de la llamada ‘vieja guardia’ que lidera Sodano.”
Otro operador político de Sodano, el actual arzobispo de Yucatán, Emilio Berlié Belaunzarán (quien por cierto hace años reunió a Prigione con los hermanos Arellano Félix), le declaró al diario Milenio –en su edición del 18 de febrero– que acababa de reunirse con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para hablar de asuntos “estrictamente internos y de carácter confidencial” sobre “todo lo relativo al cónclave”.
Berlié agregó que otros obispos también tendrían ese tipo de reuniones con Osorio Chong para hablar en torno al tema. Al día siguiente, el episcopado mexicano envió una carta a ese diario, en la que aclaraba que la reunión Berlié-Osorio Chong no fue para hablar sobre la sucesión papal, sino que el arzobispo sólo acompañó a un grupo de “empresarios” yucatecos que se reunieron con Osorio. Esta vaga y extraña aclaración todavía despertó más sospechas.
Pero el grupo de Sodano –con todo y sus tentáculos en México y en otros países– no las tiene todas consigo para obtener la mayoría de votos y ganar el papado, ya que está integrado principalmente por los viejos jerarcas conservadores que fueron favorecidos por el anterior Papa Juan Pablo II. Tendrá que vérselas con el grupo más joven de Tarcisio Bertone, el actual secretario de Estado, y con el grupo de Ángelo Bagnasco, presidente del episcopado italiano.
Elio Masferrer comenta:
“En estos momentos todos están cabildeando para conseguir votos de aquí y de allá. Por ejemplo, los cardenales europeos suman 61 de los 117 votos. El bloque de los cardenales angloparlantes también está fuerte y llegarán al cónclave a tambor batiente. Las mismas congregaciones religiosas tienen a sus cardenales con derecho a voto que son muy codiciados: el Opus Dei tiene su bloque de unos cinco cardenales electores, los salesianos tienen cuatro, los jesuitas dos… y así por el estilo.”
–¿El Papa Benedicto XVI permanecerá al margen de la elección, como él lo promete?
–¡Para nada! Tengo incluso la impresión de que el Papa fue quien ordenó filtrar esos documentos secretos, los Vatileaks, para golpear al enemigo político que es el sector mafioso de la curia compuesto por la gente de Sodano y de Bertone.
Son ellos quienes salen mal parados en esos documentos que filtró el propio mayordomo del Papa. Por eso al mayordomo, lejos de castigarlo, Benedicto XVI lo premió; el mayordomo sigue cobrando en el Vaticano, viviendo en una casa del Vaticano, y sigue siendo ciudadano del Vaticano. ¡Claro!, le hizo el favor al pontífice de dar la cara en el caso de los VatiLeaks.
“Benedicto XVI intentará seguir influyendo sobre su sucesor en el trono. Por eso continuará viviendo en el Vaticano. Si realmente tuviera la intención de mantenerse al margen, hubiera escogido como retiro algún monasterio de Alemania o de algún otro país. Pero no, intenta repetir el esquema cubano Fidel Castro-Raúl Castro, una especie de maximato pontificio muy similar al que aplicó Calles en México.”
–En ese contexto, ¿cómo quedan los tres electores mexicanos?
–Atrapados en ese complicado juego de ajedrez que es la política vaticana. Y tendrán que definir su voto por alguno de los grupos en pugna... No les queda de otra.

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