Los
virus son un reino de parásitos intracelulares obligatorios, de pequeño tamaño,
de 20 a 500 milimicras, constituidos sólo por dos tipos de moléculas: un ácido
nucleico y varias proteínas. El ácido nucleico, que puede ser ADN o ARN, según
los tipos de virus, está envuelto por una cubierta de simetría regular de
proteína, denominada cápside.
Los huéspedes que ocupan pueden ser animales, vegetales o bacterias. Entre los
microorganismos, los virus parasitan bacterias, son los bacteriófagos o fagos,
pero no se conocen virus que infecten algas, hongos o protozoos. Entre los
vegetales, sólo se han encontrado infecciones por virus en las plantas con
flores, pero no en las plantas inferiores. Entre los animales, se conocen
muchos que parasitan vertebrados, pero entre los invertebrados, sólo se han
encontrado en artrópodos.
Las enfermedades humanas, causadas por virus, más conocidas, son la
poliomielitis, gripe, viruela, sarampión, fiebre amarilla, encefalitis,
paperas, tracoma, etc. Actualmente se cree que algunos tumores cancerosos son
también de origen vírico. Las infecciones víricas en general, no pueden ser
tratadas con antibióticos; sin embarco, el interferón, producto biológico
sintetizado por los tejidos invadidos por un virus, es activo contra
infecciones causadas por otros.
Se ha discutido mucho si los virus son o no seres vivos. Por una parte se
reproducen, aunque dependientes de la célula de la que utilizan enzimas y
ribosomas; no metabolizan substancias para producir energía, y sólo tienen un
tipo de ácido nucleico, ADN o ARN; además son
cristalizables. Posiblemente, sistemas parecidos a los virus, pero de vida
libre, fueron los primeros seres vivos.
Los hechos más sobresalientes que han motivado el rápido desarrollo de la
virología, la parte de la microbiología que tiene por objeto el desarrollo de
los virus, son: en la última década del siglo pasado, Ivanovsky primeramente y
después Beijerinck descubrieron la existencia de agentes infectivos, más
pequeños que las bacterias hasta entonces conocidas, a los que hoy se denominan
virus; en el año 1.931, Elford consiguió medir las dimensiones de los virus;
Roux hizo el primer intento de cultivo de virus; y Goodpasture lo obtuvo en
huevos fecundados, es, decir, con embrión de pollo; Max Theiler consiguió la
primera vacuna contra la fiebre amarilla del mono, practicando inoculaciones
sucesivas de su virus en ratones y cultivando después el producto en embriones
de pollo, y, encontrado en el camino, se han preparado otras vacunas contra el
cólera porcino, el moquillo y la rabia del perro, etc.; en 1.935, Stanley
cristalizó el virus del mosaico del tabaco; Williams fotografió por primera vez
un virus, por medio del microscopio electrónico; en 1.949, Enders, Robinson y
Willer cultivaron el virus poliomielítico; Coons demostró la situación de las
partículas víricas en las diferentes partes de la célula, mediando la técnica
de los anticuerpos fluorescentes; Fraenkel-Conrat y Williams fraccionaron el
virus en una parte proteica y en ácido nucleico y demostraron que,
separadamente, no poseen infectividad; y Gierer y Scharamm pusieron de
manifiesto que la infectividad de ciertos virus es debida al ácido nucleico. En
el año 1.957, Isaacs descubrió el interferón.
Los virus, aparte de su importancia como agentes patógenos, tienen un gran
interés en biología molecular, para el estudio de ácidos nucleicos, ya que de
ellos se pueden extraer en gran cantidad y pureza. Por último, es de esperar
que por medio de las técnicas investigadoras actuales se alcancen, en un futuro
próximo, descubrimientos de trascendental importancia para el conocimiento de
los virus y la manera de combatirlos.
Según su forma, se distinguen los siguientes tipos de virus: icosaédricos, como
el virus de la poliomielitis; helicoidales, como el virus del mosaico del
tabaco; bacteriófagos, que sólo infectan a las células bacterianas; y virus con
envoltura, como el de la viruela, el del sida o el de la gripe. Los
icosaédricos, como dice su nombre, tienen forma de un icosaedro. Los
helicoidales son de forma cilíndrica. Los bacteriófagos son el nombre
particular de ciertos virus que transportan una partícula genética de una
célula bacteriana a otra. Descubiertos por D'Herelle en 1.915, se obtienen
mediando filtración; son específicos, es decir, que cada uno ataca solamente a
una especie de bacterias; de cabeza poliédrica con ácido desoxirribonucleico en
su interior, y cola anular, o bien en forma de esférula o de bastón, con una
placa basal, espinas y fibras en la parte inferior. Su importancia ha decrecido
con el descubrimiento de las sulfamidas y de los antibióticos. Los virus con
envoltura son más o menos esféricos.
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