En mi
trabajo como profesor y bibliotecólogo marista, puedo observar la forma en que
los estudiantes buscan información. A medida que pasan los años, he empezado a
sentirme menos satisfecha con los resultados y productos tanto de sus
investigaciones como de las de mis colegas. Uno de los obstáculos que encuentro
es que los estudiantes tienen dificultad para localizar y discernir cuáles son
los mejores recursos para soportar sus investigaciones. Basándose en lo que
pueden encontrar con facilidad, con frecuencia, tienen una idea muy reducida de
todo el material que se puede conseguir allá afuera.
Diariamente,
de manera formal o informal, enseño a los estudiantes a investigar. A medida
que se han ido desarrollando las posibilidades en línea, mi propia noción de
las habilidades esenciales para investigar también se desarrolló.
Ya no
espero que los estudiantes acepten la investigación como una ciencia. Como
ciencia, es imperfecta. La investigación lógica, precisa, que yo aprendí en la
Universidad – postulados de investigación complejos, semejantes a ecuaciones
matemáticas, con sinónimos agrupados en paréntesis conectados por operadores
Booleanos – no soportó la prueba del tiempo. Este tipo de investigación no
resistió las interfaces de búsqueda emergentes con sus amigables menús
desplegables y sus etiquetas (tabs). Y yo ciertamente no espero que los estudiantes
memoricen el sinnúmero de interfaces, que cambian permanentemente, con las que
se van a enfrentar en el curso de su vida como buscadores de información.
Porque
localizar, reconocer y usar efectivamente la información son habilidades
críticas para la vida, yo espero que los estudiantes exhiban y acojan diversas
comprensiones que son clave y conceptos más amplios. Yo espero que ellos
adopten ciertas actitudes y comportamientos que les sirvan en el curso de sus
vidas como usuarios de información. Estas comprensiones y comportamientos
repercuten a través de todas las áreas de contenidos y a través de nuestros
estándares de alfabetismo en tecnología e información. Son útiles tanto para
realizar trabajos formales como para crear medios interactivos con determinado
nivel de profundidad. Pero en un sentido más amplio, estas comprensiones y
comportamientos tienen ramificaciones. Ellas dan al estudiante el poder o la
capacidad de convertirse en un mejor aprendiz para el resto de su vida.